lunes, 9 de julio de 2007

El viaje interminable...

Hola gente, pues ya estoy en Quito. Pero costó llegar una barbaridad. Fue un viaje, largo, larguísimo, de hecho, aún no he solucionado alguna cosilla, bien importante, como por ejemplo no tengo la mochila, no llegó.



LLevo 4 días con la misma ropa, también la interior, hasta los calcetines, porque encima voy con chancletas y calcetines, porque por aquí hace un poquillo de rasquilla. Parezco una gitanilla, guarrilla.



Bueno, hoy una chica me ha dejado una camiseta, así que al menos... Dentro de un rato, voy a ir a ver si puedo comprar alguna cosilla, unes calces, y una camiseta y a rezar, para que alguien me haga caso y me devuelvan la mochila, porque no creais, es muy complicado.



Y todo empezó el día que decidí que el billete de avión me costara lo más barato posible y compré billetes separados, un Barcelona-Caracas, con la compañía desgraciada TAP, compañía portuguesa que hasta entonces no había oído en la vida, y de la cual no me olvidaré nunca jamás. Y con Avianca para Caracas-Quito. De esta forma mi mochila tenía que llegar a Caracas, y desde allí volverla a facturar, y eso nunca se produjo, porque, ahora veréis porqué...



La Sandra toda feliz, un viernes día 6 de julio, a las 3 de la mañana se levantaba, con sonrisa, y medio nerviosa, por lo que me esperaba, pensando que esa misma noche estaría en Quito. Desde aquí unas gracias a mis niñas, la Normita y la Martita, que se levantaron a la misma hora, y también bien contentas me llevaron al aeropuerto.



Pero en la primera escala, Lisboa, empezaron los problemas. Ya embarcamos como media hora tarde, y después de tenernos como una hora dentro del avión, nos hicieron salir, alegando que había una avería en el avión (al día siguiente me enteré, de que nos salvó la vida, un pasajero, si señores, un pasajero curioso y observador, que vió que salía un chorro, chorrazo, muy sospechoso del avión, y avisó a una azafata).



Bajamos del avión, volvimos a pasar bolsas por controles, y volvimos a la puerta de embarque. Una hora más, y volvemos a embarcar, vaya, parecía que la avería no era tan importante.



Una hora y media más dentro del avión, de repente se pone en funcionamiento, todos aplauden (acordémonos que voy en un avión destino Caracas con gente latina, caliente, caliente), pero da media vuelta, volvemos a pararnos, media hora más y finalmente nos vuelven a avisar que el avión está averiado y que nos tenemos que apear, a ver si solucionan el problema.



Ya llevamos mucho tiempo, son como las 5 de la tarde, tendríamos que haber salido a las 11, tenemos hambre, estamos cansados y desconcertados, yo ya pienso que todo y salir en ese momento ya he perdido la conexión de Caracas...



Todo calentito, calentito. Nos dicen que volvamos a subir a la puerta de embarque, que volvamos a pasar por los controles, que van a intentar más tarde darnos de comer. Yo en mi bolsa por más que busque solo encuentro unos chicles sin azúcar, desespero...



La gente empieza a ponerse muy nerviosa. Piden la presencia de algún responsable (porque todas las azafatas se escaqueaban), se plantan, dicen que no se mueven, que no van a volver a pasar por el control, gritan, silban, cantan... ¡Que vergüenza, que vergüenza...!



Llega un gerente de la línea de TAP, todo el mundo nos tiramos encima, mil preguntas a la vez, en varios idiomas, intentando captar el portuguésss, yo intento hacerme un sitio, pido que me dejen pasar, se va abriendo camino, me van diciendo cosas como: Dile que queremos volar a Caracas YA, dile que no subiremos en un avión averiado, dile bla, bla,bla...yo no escuchaba, llegué hasta él y le digo: Queremos comer, estaba absolutamente desmayada, yo y todos los demás, habían un montón de críos.



De repente el gerente, nos dice que subamos a la puerta de embarque y que allá nos darán de comer. La gente empieza a gritar que no. Dicen: vamos todos detrás de él, no nos separemos de él. 150 personas movilizadas, empiezo a calentarme, me sube adrenalina. Voy detrás, ya dando palmadas, ya cantando, ya siguiendo. Que pasada. Aluciné. La peña empieza a sacar cámaras de fotos, móviles, vídeocámaras y rodeando al gerente, viene la poli, intimida a una chica gritandole que no puede hacer fotos, todo el mundo grita, yo también: FASCISTA, FASCISTA... El poli que pierde los nervios se acojona y se retira, ellos eran 3, nosotros 150.



El gerente, se calma también, pide tranquilidad, y de repente después de hablar con el móvil, nos dice que nos vamos a un hotel, que el avión no partirá hasta el día siguiente.



Nos llevan a sacar las maletas. Las maleta no llegan, nos dicen que llegaran al hotel y que nos vayamos. Las maletas nunca llegaron.



Sucesos varios: al día siguiente, un pasajero se casaba, NO SE CASÓ, pues no llegó. Una señora iba a ver a su padre enfermo, NO LO VIO, PORQUE MURIÓ ESA NOCHE. Un padre tenía que llegar a la operación de su hijo, NO LLEGÓ. Pérdidas de tours, de conexiones y seguramente un montón de cosas más que no me enteré. Afortunadamente, también para mucha gente, un día más parado por el mundo no era crucial.



Día siguiente, partimos a las 9 de la mañana. Antes voy a informarme de que pasa con mi conexión pues, yo tenía billete partido, algunos me dicen que no es responsabilidad de la compañía, otros que no me preocupe que se solucionará. Otra chica quiteña que estudia en Madrid, tiene mi mismo problema, y muy peleona (más que yo, lo juro).



Subo al avión sin saber que pasaría, pues la madre de ésta chica ha mirado por Avianca cuando habían plazas para volar Caracas-Quito, y no se puede hasta el 16, pues han tenido que asumir los vuelos de otra compañía que no sé que le había pasado. Viaje de 8 horas y media con incertidumbre.



Llegamos a Caracas, tengo que retirar mi equipaje, pero me dice la chica de inmigración que si salgo a buscarlo, será como entrar en Venezuela y que tendré que pagar las tasas de 60 dolares para volver a entrar, que mejor hable con TAP para que recuperen mi equipaje, y el de la otra chica, que por cierto, se llama Sandra también.



Había alguien de TAP por algún lado? NO ¿y de Avianca? TAMPOCO. Vamos a la INAC, solicitamos que manden llamar a alguien del personal de TAP. Al cabo de una hora aparece alguien. En ese momento éramos unas 14 personas del viaje, que habíamos perdido las conexiones correspondientes. Eran las 12. Nos dice que esperemos hasta las 17:00 horas y que no nos preocupemos de nada, que seguro que volamos todos. A mi y a Sandra, nos dice que va ahora mismo a recuperar el equipaje. Nos deja tirados allá mismo, en inmigración, sin comida, otra vez a pasar hambre. En el grupo hay un niño fantástico de 8 años, llamado Jordi, que es un tramposillo jugando a las cartas. Y una menor de 14 años responsabilidad de TAP.



En otro momento haré un estudio sociológico de los personajes que formábamos el grupo, como nos unimos, como luchamos, como nos cuidábamos. Creo que nos dio mucho valor haber vivido la historia del día anterior con tanto venezolano, que me pensaba que de un momento a otro iban a sacar las cazuelas de las bolsas, para armar una cacerolada.



Por supuesto no volamos ese día, después de hacernos esperar mil horas, por fin nos llevaron a comer algo. Nos sacaron los pasaportes, paranoia conjunta, en el grupo habían 4 colombianos, que en la embajada de su país en España, les habían avisado que bajo ningún concepto dejaran sus pasaportes a nadie. Súper hotel, con jacuzzi en el baño. Cuando fuímos a cenar, teníamos en el grupo a un chiquillo de 17 años, que iba con camiseta sin mangas, y el camarero dicíendole que no podía ir así, que si no se podía poner una camisa, pues vaya, en ese entonces ya llevábamos 2 días enteros con la misma ropa.



Ese día se celebraba una boda por todo lo alto, unos vestidos que llevaban todas las mujeres espectaculares, los hombres de súper etiqueta. Nos explicó Sandra, que es muy típico en Venezuela que a las chicas que hacen los 15 años, les regalen una cirugía. Que se operan muchísimo más que en Brasil.



Nosotros sobrábamos por todas partes.



Por supuesto no teníamos bolívares, y yo no tenía tabaco, vaya. Fui al lobby del hotel. Pensé pagar con tarjeta. Y pedí un paquete de tabaco, costaba como unos 4 mil bolívares, como 2 dolares, y al decirle si podía pagar con tarjeta, me dijo que era una cantidad muy baja. Le pregunté que si pedía una cerveza, si era posible pagar con tarjeta. Me dice que si, pero me saca una ligth, yo le digo que no, que si no tiene otra, entonces me dice que solo tiene Corona, pero vale un pastón, 18 mil bolívares, al cambio unos 6 dolares, supongo que en otra ocasión igual los pago, pero en aquel momento me parecía abusivo, una señora en el avión me había dicho que una cerveza, la más cara, en una discoteca o así costaba 3 mil bolívares. Total que le digo si no puede llamar al restaurante que seguro tienen, y me dice que ya está cerrado, y mientras estoy discutiendo con él, un chico le llama la atención y le hace un gesto conforme él se hace cargo. Me giro, aparece un tío que te cagas, guapo a morir, de repente me siento más gitana que nunca. Le digo que no, él le vuelve a hacer un gesto al camarero, ahora no mando yo, manda el súper tío. Le digo al camarero que si acaso me llevo el tabaco pero que no quiero la cerveza, parece ser que yo no tengo voz, al final, me largo con la cerveza y el tabaco, volando.



Al día siguiente, después de al menos un par de jacuzzis, y un desayuno a morir, volví a probar las granadillas (fruta) y casi me desmayo del placer. Nos llevan al aeropuerto a las 9 de la mañana. El día anterior al venir de noche, me pareció una pasada unas lucecitas que se veían en las montañas, impresionante, era como un mar de estrellas pero al alcance de la mano. Al día siguiente, esas lucecitas tremendamente bellas, eran un montón, montonazo de chabolas. Que cosas, como una misma cosa, puede ser bella y triste, según como las mires.



Aeropuerto, por supuesto, nadie nos espera, no estamos en el vuelo de la mañana de Avianca que el tío nos había jurado que estaríamos, no tenemos pasaportes. Ahí ya estamos muy cabreados, nos colamos en un laberinto de pasillos, dónde pone muy claramente prohibido el paso, vamos preguntando y llegamos a las oficinas de TAP dónde justo estaba saliendo un personaje. Ya no lo dejamos ir, y después de mucho hablar, presionar, discutir, por fin les convencemos de que nos compren un billete con otra compañía que habían cupos, aunque ellos no tenían convenio. Han pasado unas 5 horas hasta que ya tenemos el boleto. Antes de marchar le digo mil millones de veces que por favor ponga las maletas que tenía en dipósito y él me jura que si. Mi mochila aún llevaba la etiqueta de TAP, que venía de Barcelona. Así que por supuesto, el cabrón no metió la mochila, y ahora Sta Bárbara, que es la compañía con la que volé, dice que ella no se responsabiliza, pues esa mochila, de hecho nunca ha estado en su poder.



Y ahí estamos. Mary la de Ecuador volunteer, me está ayudando mucho, hemos llamado varias veces al aeropuerto de aquí, varios intentos al de Caracas. Seguiremos en un rato, yo ahora voy a intentar ir a comprar alguna camiseta, y unos calzones, como dirían por aquí, y creo que unos calcetines, porque hace rasca, aunque queden fatal con las chanclas.



Que el lugarcito dónde estoy durmiento, es muy acogedor, comparto dormitorio con otra voluntaria, que es un puntazo, estudiante de Biología, vivió con sus padres 7 años en la selva del Perú, así que ya os podéis imaginar, se va un proyecto de osos que hay por acá.



Yo por ahora, tengo que esperar a solucionar lo de la mochila, antes de ir para Chunchi, Está como a unas 6 horas de aquí.

Hace un rato he hablado con Sandra a ver si había averiguado algo de las maletas, me ha dicho que no me preocupe, que ella luego va al aeropuerto a enterarse, y que si hoy no sabemos nada, me acompaña mañana a comprar ropa, que conoce un sitio que por 30 dolares salgo vestida para los dos meses, bueno es una opción, vaya, pero yo preferiría mi mochila.



Y guau, como me he desahogado...



Así que gracias por escuchar...



La verdad es que ha sido una experiencia muy interesante, en ningún momento me he sentido demasiado agobiada.



Així que no patiu,



Una abraçada, luego más.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola! Vaya aventuras para empezar!
ánimo! tienes pensado publicar fotos?
Sería interesante..por aquí lo único destacable es el tiempo atmosférico: tiempo nuboso en general y alguna tormenta electrica cerca deĺ'Emporda..
Escribes sola o en colaboración? Lo digo por la cantidad de texto..o bien eres una nueva Alejandro Dumas ( o Corin Tellado, si lo prefieres..:-))
Bien, seguiré atento a la crónica de tus aventuras..


Francesc